. "y porque se ha salido de la infancia se olvida que para llegar al cielo se necesitan, como ingredientes, una piedrita y la punta de un zapato" .



jueves, 24 de febrero de 2011

Gotas


Llueve, y es una lástima que no estés acá para verlo, porque los días de lluvia no pueden ser explicados. Yo podría decirte “llueve como un sauce llorón” o “tanto que no sé si se está cayendo el cielo o si se está subiendo la tierra” u otras cosas que podría decir para que vos no tengas, al final, ni idea de cómo llueve. Y vale menos gastar esfuerzo en describir esa pausa mágica entre lluvia y lluvia, como tregua de gotas o foto instantánea, como un pestañeo, pero de ojos abiertos, como una inmovilidad asumida y respetada por todos. Después, llueve otra vez, y otra vez yo no puedo explicarlo.
Al fin y al cabo, la cuestión, más allá de mí y de vos, es que llueve. Seguro compartimos la misma nube sucia en el cielo, y siempre es bueno saberse acompañado en la lluvia.
Yo querría, ahora mismo, encontrarte en la cama, que me esperes con las sábanas enroscadas entre las piernas, ponerte un beso en la frente y dos o tres cosquillas de esas que te gustan, besar un mate amargo y rodar de gusto, con el agua brotando de las ventanas empapadas. Y, claro, tener un frío, un frío chiquito, de esos que se arreglan con un abrazo.

D .La Manna

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